• El Nuevo Día 22 May 2020
• SANDRA ROMÁN Experta en consultoría de recursos humanos para Retention Strategies

La pandemia del COVID-19 y la subsecuente cuarentena han creado el experimento mundial más grande en trabajo remoto. Los profesionales están llegando a la conclusión de que pueden realizar el 100% de sus tareas desde sus casas.

Hasta ahora, miles de patronos en Puerto Rico estaban convencidos de que necesitaban tener a sus empleados físicamente en un mismo lugar para poder completar las tareas, pensando: “En el hogar hay muchas distracciones. No podemos asegurarnos de que los empleados realmente estén trabajando. La calidad del trabajo no es la misma”.

Ahora, aunque no todas las empresas estaban listas para el cambio, no les ha quedado otra alternativa que adaptarse. Si bien es cierto que hay muchas funciones, como manufactura y mantenimiento, requieren estar presentes, también existen muchas otras áreas de servicio, administración, ventas, monitoreo y tecnología que se pueden realizar a remoto.

Las ventajas del trabajo remoto son muchas, comenzando por el ahorro en gastos operacionales, la reducción de riesgo de accidentes y también en el contagio de enfermedades, entre otras.

Antes de considerar eliminar personal como medida de ahorro post pandemia, retamos a los dueños de negocios a considerar todas las funciones que realizan sus empleados y cuántas de éstas requieren ser presenciales. Con simples cambios en tecnología y logística, muchas empresas podrían bajar la cantidad de empleados que viajan a la oficina todos los días.